Los ángeles
LA SANACIÓN ENERGÉTICA
Según
la teoría del biofísico francés Régis Duthail,
la
materia que nos rodea no es más
que la
imagen relieve de una realidad
fundamental
hecha únicamente de ondas de frecuencias.
Esto significa que la materia está formada por las
mismas ondas del mundo
espiritual, pero con una
vibración más densa.
En los años treinta, un anatomista
de Yale,
Harold Saxon Burr, descubrió que un
campo
electromagnético envolvía el cuerpo de todo ser
vivo. Confirmó que
todos los seres encarnados
tenemos un campo energético de protección
que
filtra las vibraciones negativas. Es conocido con
el nombre de aura.
Con la esperanza de poder visualizar ese
cuerpo
eléctrico, había conectado un voltímetro en el
cuerpo de dos mil mujeres a quienes
se les
practicaba un Papanicolao. Y algunos de esos
cuerpos eléctricos, observó, presentaban a la
altura de la pelvis un accidente característico.
Eso era sorprendente, porque dichas mujeres
gozaban todas de
buena salud. Pero seis meses
después, volvieron con un cáncer...
Duthail propone la siguiente explicación: este
campo de Burr revela la
calidad del tránsito, vía
cerebro, de las informaciones del espíritu
hacia
el cuerpo.
Supongamos que la conciencia de un individuo
se encuentra un día "oscurecida" por un stress,
una angustia o un dolor moral. ¿Qué
va a
suceder? Su córtex va a dejar pasar
menos
información del campo de la
conciencia y por
ello la calidad de proyección holográfica va a
bajar,
deformando el cuerpo eléctrico. Dañado,
ese último ha de mandar, mediante
fotones, una
señal degradada o corrompida a las células,
que van a comenzar
entonces a degenerarse. Y
luego aparecerá la lesión clínico-anatómica.
Ese
bajón energético será lo que desequilibre la
parte física.
Actualmente hay una nueva medicina que se
ocupa del aura, una medicina
supraenergética.
Porque la medicina actual cura solamente el
órgano, que no es más que la fase final de
la
enfermedad. Apenas se comienza a reconocer
la importancia del cuerpo electromagnético,
cosa que los chinos llegaron a comprender
hace muchísimo
tiempo. Pronto podría pensarse
en restablecer un campo electromagnético en
su
forma normal, aplicando en el organismo, por
ejemplo, una frecuencia acústica que influiría
en el equilibrio físico-químico de las células.
Esa medicina no lucha contra las bacterias,
sino contra un desequilibrio más
fundamental...
el desequilibrio del aura. Debemos saber que
las bacterias sólo proliferan
peligrosamente en
presencia de un desequilibrio somático. En caso
contrario, permanecen tranquilas. Entonces,
¿qué es lo que provoca tal
desequilibrio?
Yo pienso que el miedo, el estrés y también el
sentimiento de culpa son responsables
de
muchas enfermedades, porque perturban la
conciencia, alteran el holograma y desinforman
las células. El cuerpo se transforma en
una
esponja y absorbe influjos nefastos en grandes
cantidades. A partir de ahí vienen los trastornos
psicosomáticos.
¿Qué rol tienen los ángeles en este
tipo de
trastornos? Tengamos
en cuenta que los
ángeles son Entidades de Luz que vibran en
una
sintonía muy elevada. Esa vibración es curativa,
aun en una
proporción mayor que los conocidos
ultrasonidos.
En distintos talleres angélicos he constatado que
venía gente con problemas
psicosomáticos, lo que les causaba alteraciones
en el funcionamiento
corporal. Y luego de “visualizar” a su
ángel, las personas se sentían
mejor. La energía
angélica había obrado en la
parte física,
sanando a la
persona con trastornos.
En otros casos, la persona manifestaba directamente el problema que tenía y se le pedía al
ángel que envíe su energía sanadora a la parte
donde se
hallaba el desequilibrio. El resultado
era sorprendente: la persona se
aliviaba considerablemente.
Debo hacer hincapié en que la energía sanadora no reemplaza a ningún
tratamiento médico, solo es una terapia alternativa y complementaria de la
medicina tradicional.
Les adjunto un ejercicio mental para
poder
contactarnos con los ángeles:
Es importante, aunque no imprescindible, estar
con ropa cómoda. El lugar puede estar en
silencio o con una música suave. Pueden estar sentados sobre
almohadones o en una superficie que no sea rígida. No es
obligación
sentarse
en postura yogui. Lo que se busca es
que estén lo más cómodos posible.
Una vez acomodados, cierran los ojos. La
persona instructora les guiará con su
voz,
suave pero firme. Intentarán trabajar con el
sentido del tacto, pero sin tocar ninguna parte
de su cuerpo. “Sentirán” mentalmente toda su
piel. La recorrerán mentalmente hasta
sentir
un cosquilleo. Eso indicará que estarán percibiendo su propia aura. Podrán percibir el
calor de sus manos, la pesadez de sus brazos,
el cuello,
los hombros... la respiración acompasada. Sentirán sus piernas, sus pies...
todo
su cuerpo. Una sensación de armonía
les invadirá. Luego visualizarán su chakra coronario, el centro energético que se encuentra
en el centro de su cabeza. "Tocarán" mentalmente ese centro y notarán una presión en el
mismo, como si “algo” lo tocara.
En ese
momento la persona instructora les pedirá
visualizar un rayo blanco azulado, la LUZ del
Creador. Ese rayo
penetrará por el centro de
su cabeza e inundará con su Luz
vuestro
cuerpo. Esa Luz bañará vuestro rostro,
el
cuello, los hombros, el tórax, la
cavidad
abdominal, los brazos, las manos, las piernas
y los pies. Notarán una energía
muy armonizadora. Un segundo rayo, ahora de color
dorado, llegará a vosotros. Es la energía
Crística. Entrará por el chakra coronario
y
hará el mismo recorrido que el anterior.
Notarán un cosquilleo vivificante. Luego, un
tercer rayo, que será de color
violeta, hará el
mismo recorrido que los dos rayos que lo
precedieron. La energía transmutadora del
mismo cubrirá todos los influjos nefastos que
pudiesen
haber absorbido y la transformará
en Luz supraenergética.
Ya los tres rayos en combinación habrán
llevado vuestro ser a un estado de
semi
conciencia llamado alfa, donde
estarán
aletargados, pero sin perder el control de
vosotros mismos.
La voz de la persona instructora los seguirá
guiando. Su mente se transportará
hacia una
vibración muy sutil, llevándolos fuera del
plano físico. Allí,
intentarán captar a vuestro
ángel. Cada uno lo visualizará de acuerdo
a sus
necesidades. Podrán ver la figura que
vuestro subconsciente capte: La mayoría
siempre visualiza figuras antropomorfas, ya
sea un querubín o un esbelto
mozalbete con
largas alas. En realidad, los ángeles
se
pueden percibir como trazos de Luz, en su
forma real. Otros los ven como mandalas o
figuras geométricas, como símbolos, como
jeroglíficos, etc.
La mente humana es un gran decodificador
del concepto espiritual: “traduce” las ideas
en palabras e imágenes, aunque el ego,
inherente al ser humano, “deforma” tanto
esa traducción, que nuestras emociones
participan de los que captamos y entonces
adecuamos a nuestra necesidad lo
que
visualizamos. Por eso
no todos vemos lo
mismo.
El contacto angélico es importante pues, una
vez que visualizamos mentalmente a nuestro
ángel guía, le podemos pedir orientación (si
tenemos problemas a resolver) y Sanación
(si nuestro organismo tiene altibajos físicos).
Es entonces cuando el ángel nos manda su
Luz sanadora y la focaliza en el
punto
donde no circula la energía. El
cuerpo electromagnético o campo áurico se restablecerá y nuestras células normalizarán su
recepción de energía espiritual. De
esa
manera, el cuerpo tenderá a sanarse. La
voz de la persona instructora nos devolverá
lenta y sutilmente al plano físico. Nuestra
vibración será más lenta... volveremos a
sentir nuestro
cuerpo, nuestra respiración...
hasta el cosquilleo de nuestra circulación
sanguínea. Lentamente iremos abriendo los
ojos. Quizás haya bajado un poco nuestra
temperatura corporal y tengamos algo de
frío. Eso se soluciona con una
infusión
caliente de té o de alguna otra hierba.
Aprendan a “estudiarse” ustedes mismos.
Traten de sentir todos sus órganos. Notarán
que después de la experiencia que tuvieron
se sentirán mejor, no solo física,
sino
anímicamente.
Antes de retirarse den gracias a vuestro
ángel y sepan que él los ama incondicionalmente, porque el Servicio es Amor y así
como la función del Sol
es dar luz y calor a
nuestro pequeño mundo, la función de los
ángeles es
Sanar a través del Amor.
Gracias a todos ustedes por estar.
Les
agrego una técnica explicando como un
Sanador, por intermedio de su ángel, puede
llegar a estabilizar el desequilibrio
áurico
que produce trastornos físicos en la persona.
Sabemos que todos los seres humanos somos
Canales Divinos o, como se dice comúnmente,
antenitas que captan energía de Dios. Todos
tenemos el Don de corregir las deficiencias
energéticas de otro ser humano, pero muchas
veces nuestro propio ego nos acompleja y nos
hacer creer que no podemos hacerlo.
Por
suerte, hay seres especiales que tienen el Don
natural de sanar.
Las técnicas son variadas: Se puede sanar con
colores, con gemas, con reiki o directamente
canalizando la Energía Crística como hago yo.
Recomiendo a aquellas personas que tienen la
Gracia Divina de sanar, que pueden reforzar
su técnica mediante la ayuda angélica.
A diferencia de las personas que concurren a los talleres angélicos, los que desarrollaron el
Don de sanación no precisan comunicarse con
su ángel, sino que forman una
especie de
simbiosis con él, o sea, "comparten" la energía
sanadora.
La técnica a realizar es la siguiente: La persona
que realiza la Sanación tiene también el Don de
"captar" a la entidad angélica a traves de todo
su cuerpo. Recordemos que el ángel contactado
se manifiesta como una elevada vibración. Esa
sintonía fina se puede percibir en toda la piel
como un cosquilleo, de la misma manera que
percibimos nuestra circulación sanguínea.
"Sentimos" el ángel en nosotros, nos invade una
sensación de armonía. Si estamos conectados
en empatía total entramos en éxtasis, un estado
donde nos sentimos transportados fuera del
mundo sensible.
A medida que vamos practicando la técnica, la
"conexión" se realiza más rápidamente y llega
un momento en que lo podemos hacer casi en
forma automática. Aclaro que eso no significa
perder el estado de éxtasis.
Entonces, cuando percibimos a una persona
con deficiencias en su campo áurico, pedimos
ayuda a nuestro ángel guía. Se juntarán ambas
energías, la angélica y la
que canalizará
nuestro Yo Superior. Ambas vibraciones estarán
mancomunadas y proyectarán su LUZ al campo
electromagnético de la persona en cuestión,
sanando su aura. De ese modo, los trastornos
psicosomáticos irán desapareciendo.
La fe es muy importante, pero la energía Divina
actúa en forma independiente. Hace años atrás
pude canalizar esa energía para sanar a una
beba de 8 meses. A esa edad no se
puede
hablar de fe, de efecto placebo ni de sugestión.
La sanación fue totalmente real... pero reitero
que la energía
sanadora no reemplaza a
ningún tratamiento médico, solo es una
terapia complementaria de la
medicina tradicional.
¿Cómo puede hacer un sanador para protegerse diariamente y antes de hacer imposición de manos?
El secreto
(que no es tal) es
“envolverse en Amor”.
Toda persona
posee un Yo Interno contactado con su Yo Superior.
Éste, a su
vez,
está conectado con la Divinidad. Si
buscamos con afán dentro nuestro, detectaremos esa
Divinidad y ella nos colmará de Amor.
Esa
será la protección adecuada contra todo tipo de influencias negativas.
La persona que realice
imposición de manos, al estar “empapada” de ese
Amor Divino, cumplirá
con creces su Misión Sanadora.
Para evitar que el
ego influya en el Terapeuta, dejo en claro que la persona
NO ES la que sana, sino que en ese momento la misma se
transforma en
un canal Divino.
El Amor del Creador es el que Sana y agrego que
para canalizar dicho Amor, la persona
sanadora tiene que estar en total sintonía con Dios... y
eso solo se logra con la ausencia total de Protagonismo.
Aclaración: La misma técnica que
se utiliza para contactarnos con los
ángeles, se puede utilizar
también para contactarnos con nuestro
Thetán o Yo
Superior.
Atte: Prof. Jorge Olguín.