Tantra
LA ESENCIA DEL TANTRA
Parte 6
El método Carezza
El Carezza, sin ser tantrismo disfrazado, tiene muchos puntos en común con la Vía del Valle.
En
Occidente ha sido descubierto y practicado un régimen de unión sexual muy
similar a la Vía del Valle: el método Carezza. Sin ser tantrismo disfrazado
-le falta el contacto ritualizado y sacralizado-, tiene muchos puntos en común
con la Vía del Valle y refuta una objeción al tantrismo que consiste en dudar
de su aplicación en Occidente. Este método fue «inventado» en 1844 por el
norteamericano John Humphrey Noyes, fundador de la comunidad Oneida, que lo llamó
Carezza, palabro italiana que no necesita traducción.
Para el método
Carezza la regla es ultra simple: todo está permitido, salvo eyacular, y si eso
se produce, jamás en la vagina, por tanto el hombre debe retirarse. El orgasmo
femenino es aceptado, excepto si compromete la retención masculina. El problema
de este método es que deja de lado la parte energética, pues
independientemente de retrasar el orgasmo, el mismo es necesario para trasmitir
la energía kundalini a la mujer a través del chakra sexual. Además, como se dijo
en el capítulo anterior, el retén eyaculatorio prolongado es perjudicial para la
glándula prostática.
En primer lugar
supone en la pareja un amor profundo y el deseo de transponer la sexualidad a
otro plano que el común.
J. William Lloyd escribe: «La primera religión del
hombre estuvo basada en la sexualidad y sólo por medio de ella podemos
reencontrar nuestro verdadero origen», frase digna de un tántrico. Este método
considera la unión sexual como una verdadera fiesta amorosa y, siempre de
acuerdo con el Tantra, la eyaculación como un incidente inoportuno y grosero,
incluso antiestético, que mata por un tiempo todo deseo de acercamiento a la
mujer. El hombre que hacía unos instantes estaba lleno de frenesí sexual,
después de haber eyaculado se aparta de la mujer, a quien esta indiferencia
hiere en su amor propio o en su amor a secas. Hoy sabemos que el verdadero
Tantra, aún habiendo el varón eyaculado, acerca a las partes a algo más
sublime que solo una unión de dos cuerpos.
Este método no preconiza ninguna posición particular, pero aconseja evitar los movimientos rítmicos, prolongados y acelerados, que llevan a la eyaculación, y recomienda variar el ritmo, la amplitud y la duración de los movimientos y, en caso de alerta, inmovilizarse el tiempo necesario para que se aleje el peligro.
El método Carezza ha redescubierto un aspecto capital del maithuna tántrico, especialmente en la Vía del Valle: el de los «intercambios pránicos». Afirma que los órganos sexuales femeninos y masculinos están magnéticamente polarizados.
Lloyd continúa: «Con frecuencia es el hombre, artista del contacto, el que es activo, mientras la mujer es pasiva como el imán que atrae. Por eso el hombre que quiere tener éxito con el método Carezza debe ejercitarse en el arte de las caricias y los contactos magnéticos. Debe considerarse parecido a una pila eléctrica: su mano derecha el el polo negativo y su mano izquierda el positivo. Cuando sus manos entran en contacto con un ser humano receptivo, se engendra y se pone en circulación una corriente eléctrica. Debe sentir esa corriente eléctrica correr desde su lado izquierdo hasta el lado derecho de la mujer, y conseguir que obedezca a su voluntad para dirigirla. Si la toca con una sola mano, sentirá reaccionar esa parte del cuerpo de la mujer bajo la influencia de su magnetismo». «Además, si adquiere el domino de esa corriente, podrá enviarla a las partes del cuerpo o a los centros del ser amado que él desea cambiar, excitar o calmar magnéticamente. Debe perseverar hasta que esto se convierta para él en una certeza. Se puede practicar la percepción de estas corrientes magnéticas sobre uno mismo para calmar dolores con el contacto de la mano». «Compréndaseme bien. El método Carezza puede perfectamente tener éxito aunque se ignore esto, simplemente porque ese magnetismo natural está presente y la intuición nos guía hacia las acciones correctas; sin embargo, también en este terreno, un saber consciente y la voluntad de dirigir por sí mismo estas fuerzas resulta beneficioso». «Este contacto magnético ha resultado eficaz para fortificar a los débiles y curar a los enfermos. Comprendemos así cómo y por qué el método Carezza, practicado correctamente, es beneficioso para la salud. Están totalmente excluidos los efectos nefastos. Harry Gaze afirma que este método mantiene el amor y confiere confianza gozosa, belleza y juventud hasta una edad muy avanzada».
«Por eso hay que aprender a tocar a la amada de tal modo que esa corriente de electricidad vital recorra su cuerpo con un estremecimiento extático, mientras que la libera de su propia energía acumulada. Del mismo modo la mujer engendra fuerzas magnéticas que podrá dejar desbordar en el hombre, satisfaciéndolo tan plenamente que todo sentimiento de pérdida será eliminado y se obtendrá la felicidad. El aflujo y el intercambio de estas energías conduce a un equilibrio total y a un reposo benéfico».
«En el experto en el arte de amor, ese magnetismo emana de la punta de los dedos, de las palmas de las manos, irradia por los ojos, surge de su voz y puede trasmitirse a través de cualquier parte del cuerpo del uno o del otro, incluso mediante el aura, de una manera invisible y sin contacto físico».
Este texto, podría, salvo algunos detalles de vocabulario, haber pertenecido a un tratado tántrico antiguo, donde se relega a la mujer a un rol meramente pasivo. Lloyd todavía añade:
«Cuando el método Carezza es practicado con éxito, los órganos genitales quedan tan apaciguados, tan desmagnetizados como después de una eyaculación. Mientras del cuerpo de los amantes emana una fuerza maravillosa y una alegría consciente, éstos reposan en una dulce satisfacción, como después de un juego feliz. Todo su ser irradia goce amoroso y romántico, está invadido por un sentimiento de salud, de pureza, de vitalidad. Quedamos colmados de bienestar y de gratitud, como después de un festín bendito».
«¿Qué sucede por el contrario después de la eyaculación? La comprobación general es que, pasados los primeros instantes de distensión agradable, acompañado de una sensación de liberación, sigue inmediatamente el sentimiento de haber sufrido una pérdida, de haberse debilitado: la maravillosa visión de sueño se ha disipado, el hombre se ha desilusionado. Por cierto que ha vivido su breve instante de pasión, pero muy fugaz, parecido a una crisis epiléptica, que no deja ningún recuerdo, ninguna huella. Las luces se extinguen, la música cesa, la fiesta termina antes de haber comenzado realmente. A veces la debilidad subsiguiente es tal que provoca palidez, vértigos, perturbaciones digestivas, irritación, decepción, incluso vergüenza, hasta rencor. Es verdad para el hombre, y también para la mujer, decepcionada por el fin abrupto de una maravillosa experiencia. En la mayoría de los casos, cansado, indiferente, el hombre se duerme. El ardor amoroso ha desaparecido. Con el método Carezza todo es diferente».Transcribo este método como simple ilustración, mas no comparto un papel tan poco decoroso en el varón luego de la eyaculación. Reitero que Lloyd no tiene en cuenta la parte espiritual de los amantes.
El método Carezza demuestra, como mínimo, que esta vía conviene a Occidente. Para él como para el Tantra, la sexualidad trivial, localizada y limitada el contacto genital, es una neurosis. ¿El remedio? Maithuna, la unión tántrica.