Relatos sobre Aldebarán IV - 1° parte


Hola, mi nombre es Jesús E. y os posteo una serie de canalizaciones telepáticas que realizó el Prof. Jorge Olguin a partir del año 2005 a mi Tethán...espero que sea de vuestro agrado.
Un saludo cordial.

P.D. La única variación que he hecho respecto al original, ha sido poner solo las iniciales de los nombres de las personas nombradas por mi Tethán para respetar su privacidad.(varias son personas de mi entorno vinculadas afectivamente)


Mi espíritu RA-EL-DAN ha encarnado 66 veces... y ha recorrido desde la 8ª Esfera, el llamado plano -2, hasta el plano 4º, sub nivel 8º, hasta el presente...
De esas 66 encarnaciones, 22 veces ha encarnado en otros mundos fuera de este sistema solar... Por ejemplo:
En Rigil Centauro III, a 43 años-luz. (Alfa Centauro)
En Anthea IV, a 45 años-luz. (Pegaso)
En Lemarén, un mundo marino, a 35 años-luz. (Virgo)
En Cefeus II, a 40 años-luz. (Gama Cefeo)
En Aldebarán IV, a 68 años-luz. (Alfa de Tauro)...
En este último mundo ha vivido anécdotas extraordinarias... que pasaré a relatar...


Aldebarán IV es un mundo que gira alrededor de la estrella del mismo nombre, según el lenguaje terrestre, y dicha estrella es la principal en la Constelación de Tauro, vista desde la Tierra.
Los nativos llaman Umbro a Aldebarán IV y el planeta está dividido en varias regiones. Sus mares son más pequeños que los océanos terrestres, pero hay cerca de veinte en dicho mundo.


En la época que encarné allí había luchas internas, con personajes siniestros y con hombres justicieros como contrapartida.
Uno de los personajes era Storm, de pelo y barba negra, mediana edad. Manejaba las energías eléctricas. Vestía una bata roja, con incrustaciones zodiacales.


Storm


Mi thetán Ra-El-Dan encarnó allí con el rol de Ligor en ese mundo llamado Umbro y que conocéis como Aldebarán IV.
Ligor, al igual que Storm, dominaba el rayo. Justiciero por naturaleza, defendía a los reptiles voladores y a los dragones. Usaba ropa de cuero negra y estaba con el torso desnudo en las montañas.


Ligor


M.A.es Lar-Kadir y está en el 4º plano de vibración, subnivel 6. Fue la Reina de las Bestias, vivía en la región del Norte, rival de Borius y ordenaba a las bestias telepáticamente. Andaba semi desnuda y usaba un casco metálico con cuernos.



Reina de las Bestias



C. es Dar-Zael y está en el plano 3º sub nivel 3º. Fue Índiga y tuvo una relación con Ligor. Luego lo traicionó con Olsen, al que ella consideraba amigo, pero luego llegaron a intimar. Índiga usaba vestido beige, casi transparente.


Índiga


Olsen era un guerrero pelirrojo, de orejas puntiagudas. Usaba pantalón de cuero marrón y torso desnudo. Conocido de Ligor y se relacionó con Índiga.


Olsen


El espíritu de L., amiga fallecida de C., se llama Lar-Vadel y está en la 4ª vibración, sub nivel 4º. Fue Elfio, un trovador que vivía en las montañas, de la misma raza que Olsen. Con su flauta manejaba a los reptiles voladores. Ropa de cuero marrón. Amigo de Ligor.


Elfio


E. F., de Argentina, es Animé, del 5º plano, sub nivel 9º, y fue Oda, bruja de rara belleza, de pelo negro, largo. Usa ropa de cuero oscura y era de raza Vampira.


Oda



Marcela C., de Argentina, es Ar-Marel, del 4º plano, sub nivel 2º, y fue Samya, una Princesa del reino de Or. Fue prisionera de Borius. Vestido gris, con un peinado con adornos de caracoles.


Samya


En la región oriental montañosa de la zona Central habitaban los hombres alados, que volaban en grupos y obedecían a Storm.


Hombre alado



Un enemigo temible era Borius, un guerrero sanguinario. Nunca soltaba su espada y se creía que hasta dormía con ella. Usaba gruesa armadura. Comandaba las hordas de la región del Norte. Su aspecto era temible, de barba negra, espesa.


Borius



Si nombro a un ser que intimidaba debo hacerlo con Impiro, de la raza de los Petros: Tenía el cuerpo lleno de cicatrices, de aspecto cadavérico. Vestido con cuero negro. Luchaba con un mangual plano, capaz de arrancar la cabeza de su rival de turno con un solo golpe.

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Impiro



Había seres difíciles de fiar. Uno de ellos era Irchi: Delgado, fibroso, de ojos rasgados. Mercenario. Se vendía al mejor postor. Usaba un pantalón de cuero marrón y torso desnudo, solo atravesado por una correa sujeta a su hombro derecho.


Irchi



Otro de los guerreros era Jonus: Rasgos duros. Ojos rasgados. Samurai. Vestía ropa de cuero marrón claro, con terminaciones metálicas. Portaba dos sables.


Jonus


El ser más atemorizante era Kazán, una bestia que vivía en las cavernas. Aliado de Impiro. Garras enormes. Andaba semi desnudo.
Tuvo un combate memorable con Ligor.


Kazán



No debo olvidarme de Rayeno: Era un Brujo que también manejaba el rayo. Competía con Ligor, pero era envidioso y traicionero. Usaba ropa de tela y capucha marrones.


Rayeno



Destaco a Zarcoz: Guerrero índigo. Fibroso, de pelo blanco. Usaba ropa de cuero negro, con terminaciones metálicas.





Aldebarán IV: La Aventura.

La batalla del paso de las aves carroñeras

Mi nombre es Ligor, soy un guerrero, guerrero en un mundo salvaje, un mundo que esta dividido por regiones, el continente donde habito tiene una zona ecuatorial que vive en una eterna edad media, mientras que en otras regiones podríamos decir que están en una edad antigua, lucho para sobrevivir, confrontando mis miedos internos, reconozco que he participado de muchas batallas, he recorrido muchísimo senderos, he estado en muchísimas comarcas, para muchos soy una leyenda, para otros soy solo un mito, para mi soy solo un hombre que carga una espada que caga inquietudes, pasiones, dudas, anhelos, vivo con temores, a los que enfrento a cada amanecer, temores con los que duermo a ladera del camino en cada anochecer, o en alguna posada mal oliente, a veces con la compañía de una mujer a la que he pagado tres metales, pero el verdadero pago en este salvaje mundo llamado Umbro es la traición, el desengaño, muchas veces la soledad, muchas veces la frustración! Si vierais mi mundo de afuera diríais que está dominado por la barbarie, las pasiones  y la magia , un mundo con encanto y terror, mezclado en un combinado muy peligroso, la región de las tierras del norte estaba dominada por Borius, era un guerrero sanguinario que gozaba cercenando cabezas con su espada, se decía que su espada no la dejaba ni para dormir,  llevaba una armadura gruesa, pesada, pero este bárbaro del norte la llevaba cómodamente debido a su gran porte y su enorme fortaleza, comandaba las 7 hordas de la tierra de Citaria, de la región del norte, su aspecto temible con descuidada barba negra impedía que desobedecieran sus órdenes, el líder de la zona central era Storm, Storm, un hombre de mediana edad de pelo y barba negra, inspiraba temor, tenia la habilidad de despedir con sus manos ciertas descargas eléctricas que podían atontar a quien se le enfrentase, esa zona central se hallaba habitada por hombres alados que obedecían ciegamente a Storm ya que lo consideraban el Dios del Rayo, esos hombres alados se refugiaban en la zona de las montañas Orientales, eran seres bastante inteligentes, pero como la mayoría de los seres salvajes en los distintos mundos, la superstición, je, los dominaba y veían en Storm a su Dios, me gustaba recorrer los senderos, tanto de la zona central como de la zona norte, siempre me considere justiciero por naturaleza, ya que defendía a los reptiles voladores de los cazadores furtivos, me llevaba bien como si hubiera una comunicación mental de mi parte hacia esos reptiles, ellos tenían un metabolismo distinto para defenderse lanzaban un chorro de vapor caliente por la boca, quien los viera los compararía con los míticos dragones y obviamente no eran tan temibles como cuentan vuestras leyendas, a veces me apartaba de los caminos y llegaba a algún poblado, sacaba mis alforjas ropa de cuero negro iba con el torso desnudo, con un par de correas a los hombros, no me quejo, disfrutaba de la soledad, pero también sabia compartir una bebida espumosa en la taberna de Duormo, el principal poblado de la zona central, recuerdo que en un  viaje, en una zona mas al norte, había llegado ahí la época de los fríos, el guerrero que mencione antes, Borius, había salido de Citaria con 3 de sus hordas, y había arrasado el poblado de los Gulfos, unos pacíficos granjeros,  saqueando el mismo y llevándose a las mujeres jóvenes, los citarianos eran tan temibles, que eran pocos los que se animaban a enfrentarlos, y menos cuando los comandaba Borius, su sanguinario jefe, una de las hordas, llego a Citaria con el botín y el resto de los hombres se adentraba por primera vez hacia Duormo en la zona central, allí me encontraba yo, había regresado de la zona norte, cuando la taberna quedo en silencio al abrir los batientes una figura que nunca pasaba desapercibida, era Storm, vestido con una bata roja, era la primera vez que lo tenia frente a frente y lo mire, sin bajar la vista, y se dirigió a mi,

¡Eres Ligor!- afirmó

-Así es-le confirmé, me miró, como si estuviera dentro de mi mente y me espetó:

-¡Dicen que manejas el rayo casi tan bien como yo!-Le sonreí:

-Trato, pero estoy aprendiendo-respondí-me palmeó el hombro con tal fuerza que no distinguí si era una palmada, o un ataque:

-No seas humilde, escuché hablar de ti

-Espero que bien- le dije, el hombre se sentó a un banco y le hizo una seña a la posadera que trajo dos bebidas espumantes:

-Vamos al grano, necesito tu ayuda

-¿Qué puedo hacer por ti?- pregunté, se froto la barba y me dijo:

-Tú sabes que los hombres alados me obedecen

-Así es, eso es lo que se comenta

-Bueno, ellos me han avisado que dos de las hordas de Borius, están a pocas horas de aquí ¡Hay que detenerlos!

-¿Y bien?

-Tú puedes venir conmigo Ligor, y entre ambos podemos provocar una enorme tormenta, la lluvia y el granizo seguramente frenen la marcha de esto bárbaros

-Storm, no tengo ese poder, no creo que tú tampoco lo tengas, nuestro organismo a diferencia de otros hombres, puede despedir ciertas descargas eléctricas hasta llegar a desmayar a un contrincante, pero de allí a provocar una tormenta en la s nubes…

-Te aseguro de que lo podemos hacer

-Creo humildemente que sería prudente que aproveches a tus hombres alados

-No son MIS hombres

-Pero te obedecen

-Está bien, ¿a que te refieres con aprovecharlos?

-Bueno, si tú estás convencido, Storm, de que entre ambos podemos llegar a provocar una tormenta eléctrica, ellos podrían iniciar desde la cima de la sierra blanca una avalancha, allí, en el paso de las aves carroñeras, recuerda que ese es el camino indicado para que pasen las hordas de Borius-Storm se tocó la barba

-Tienes razón-dijo, me volvió a palmear y casi me arranca el hombro, terminé mi trago, Storm dejó un par de metales y salimos de la taberna rumbo al paso de las aves carroñeras.

En el camino una figura se encontraba sentada en una roca, se paró al acercarnos, sus ojos eran rasgados y nobles

-¡Jonus! ¿Qué haces aquí?-le espetó Storm

-He tomado la decisión de ayudarlos

-Ya estamos cubiertos-dijo Storm terminante

-¡Espera!-exclamé yo, las flechas de Jonus serían útiles para aquellos que sobrevivan a la tormenta y a la avalancha

-¡Ja!-gritó Storm-¡Ahora opinas!

-Tú piensas que no nos bastamos solos

-Está bien, ¿entonces que hacemos?- me impaciente

-No, no conozco tanto a Jonus, pero sé de sus aventuras y de su efectividad con el arco y flechas,-Jonus dijo:

-Sin contar como manejo mis dos espadas

-Está bien-dijo Storm-que venga-Y los tres íbamos a enfrentar a una horda de bárbaros con la ayuda de los hombres alados.

Storm se metió hacia un corral y espetó:

-Podemos tomar de aquí tres hoyumans

-No pienso robar una montura

-¡Oh! cállate Ligor, esta tropilla de hoyuman es mía, siempre tengo monturas en Duormor sonreí y respondí:

-Espero que en el paso de las aves carroñeras hagas algo mas que gritar-Storm me miró exaltado, evidentemente no tenia mi sentido del humor, pero pudo dominarse y se calló, Jonus estaba callado, pero observaba todo con sus ojos rasgados, montamos los animales y nos dirigimos a la sierra blanca a 10 líneas de Duormo, a mitad de camino le pregunté a Storm como se comunicaba con los hombres alados, me contestó que ellos oían a todos los viajantes desde varias líneas, ya que sus oídos eran como los de los murciélagos de Sol III. El cielo estaba nublado pero estable, ya cambiaríamos esa situación, mientras cabalgaba me acordaba de Índiga, la había conocido hace dos rotaciones, en la época templada, era del poblado de Dorbin, a 60 líneas de Duormo, sus padres criaban cabrecos, unos animales lanudos que también daban leche, comenzamos una relación, pero yo siempre había sospechado que ella  miraba con otros ojos a su amigo Olsen, un guerrero pelirrojo que se caracterizaba por sus orejas puntiagudas, hasta que una noche lluviosa había llegado a Dorbin sin avisar y pase por la granja de los padres de Índiga, no llegue a la vivienda, no llegué *me dirigí hacia el granero, y cuando me asomé mis sospechas se hicieron realidad, tirados sobre las parvas retozaban los cuerpos desnudos de Indiga y de Olsen, No me di a conocer, y en silencio volví sobre mis pasos, en agua me corría por el rostro, peor no la notaba, mi desencanto estaba por encima de la lluvia, de los truenos, de la tormenta en general, y no entendía, no entendía en que había fallado con Indiga o no había fallado y estaba en la naturaleza de ella ser así, hice un gesto con mis manos, y una descarga eléctrica golpeo unas rocas cercanas pulverizándolas, otro gesto y otro rayo cayó en el camino, así descargaba mi ira, ero nunca lo haría contra seres vivos, o eso creía yo, mi pensamiento volvió al presente y sonreí ya que ahora sí que utilizaría mi poder contra seres vivos, pero era para evitar males mayores, porque siempre hay males mayores, faltando tres líneas para llegar al paso de las aves carroñeras, varias siluetas, se recortaron en el cielo, eran los hombres alados, Storm se acercó a ellos dándoles instrucciones e inmediatamente volaron ala cima de la sierra blanca, adelantándose, nosotros sujetamos las riendas de los hoyumans y apretamos el paso, cuando llegamos ala sierra, comenzamos a subir por la ladera Norte, lentamente con precaución, en la altura divisamos el avance de dos de las hordas de Borius, Jonus se sitúa en un lugar estratégico, preparando sus flechas, a una señal de Storm, enfocando las manos hacia el cielo, disparamos descargas atrayendo rayos y truenos hacia el avance de los salvajes, me sorprendí, no pensé que se podía atraer un campo magnético para formar un frente de tormenta, por su parte los hombres lados movían unas rocas para provocar un alud, Borius estaba desconcertado al notar que se desataba una tormenta y los rayos caían uno tras otro, con el agravante que al comenzar a atravesar el paso de las aves carroñeras, un sinfín de piedras caían desde lo alto aplastando los guerreros, los que retrocedían caían bajo las flechas certeras de Jonus.

¡Atrás!-ordenó Borius desencajado, pero sus hombres presa del pánico trataron de escapar por el desfiladero y muchos cayeron sepultados, oros murieron fulminados por los rayos, y Borius apenas logró rescatar a un 40% de ambas hordas, el sanguinario Borius se retiraba derrotado, pero gritando

-Los dioses no están con nosotros, debemos hacer una ofrenda.

Storm estaba satisfecho con el triunfo y me comentó que ahora tenía un asunto para solucionar en otra región, pero yo me había quedado preocupado, muy preocupado, ¿Cuál era la ofrenda? Se lo dije a Storm, su respuesta fue:

-Mi idea era de que no saquee este poblado, lo logramos, y ahora me retiro.

Pasaron dos amaneceres, me alojé en una posada, Jonus no quería acercarse a ningún poblado salvo para ir a comprar alguna vianda. Hay un aforismo que dice que los rumores se esparcen mas rápidos que las verdades, pero yo corrijo ese aforismo y digo que a veces los rumores, pueden ser verdades, y uno de los rumores era de que Borius tenía como prisionera a Samya, la princesa del reino de Or ¿Y si la ofrenda a los dioses era sacrificar a Samya?

 

 

Fui a buscar a Jonus, estuvimos un día completo cabalgando con dos hoyumas que nos había dejado Storm, los dejamos atados a un costado del camino y nos trepamos a unas rocas y toqué el hombro a Jonus y le señalé, en un momento dado vimos a una joven tratando de escapar de aquella horda salvaje, y uno de los guerreros la tomó del brazo subiéndola a su montura y escapando al galope. No tuve dudas, esa bella joven era la princesa Samya, las hordas de Borius se retiraban a todo galope y seguro volverían a las tierras de Citaria y yo no podía dejar las cosas así, estaba en mi naturaleza debía ir al rescate de la princesa; Jonus era independiente, no sé si se prestaría a acompañarme, pero ¿qué podía hacer solo contra esos bárbaros?

La disyuntiva del guerrero, a veces confundimos el comprometernos en una tarea con ser comedidos, como decís vulgarmente vosotros, meternos donde no nos llaman, ¿Qué es ser héroe? ¿Salvar vidas, quitar otras? ¿Quiénes somos nosotros como guerreros para evaluar que vida es útil, que vida no es útil? ¿el sentido común, la coherencia, que nos marca la diferencia? Ninguno de esos salvajes que conforman la horda, la última horda de Borius, ninguno tiene hijos, ninguno siente pasiones, tal vez, viven de esa forma porque no conocen otra, tampoco puedes tenerles piedad porque tú les tiendes la mano y buscan cortarte tu cabeza con una espada, no puedes dudar un segundo, la disyuntiva del guerrero, ¿Qué es justo, qué es injusto? ¡Tú decides en el momento! la vida se decide en un momento, tú tomas decisiones para coger un sendero, para formar una pareja, para viajar, para radicarte en determinada región, la vida misma es un sendero de decisiones, que se toman amanecer tras amanecer, ¿Cómo sabes si la decisión es la correcta? ¿Y si te equivocas? ¿y si te frustras? ¿Y si…? ¿Y si sabes, una vez consumado el hecho, que no puedes dar marcha atrás porque no puedes modificar el pasado? Aprendes de lo vivido, aprendes de la experiencia, ¿de verdad aprendes? ¿O solamente añades peso sobre tus hombros? ¿Pero que puedes hacer? ¿Qué puedes hacer más que vivir? ¿Qué puedes hacer más que sentir las pasiones? ¿Qué puedes hacer más que sentir congoja en tu pecho cuando te equivocas, cuando tu decisión no es la acertada? ¿Qué puedes hacer si sólo eres un ser humano?

Un aforismo dice La meta es la búsqueda, esto significa que tú te impones una meta, llegas a ella y ¿luego qué? Te sientas ahí a disfrutar de lo conseguido ¿Acaso no ves que el horizonte nunca lo alcanzas? ¿Qué hay otras metas, otras y otras? ¿Y que la verdadera meta es la búsqueda de ellas?  Y muchos se hunden en la desesperanza porque nunca alcanzan ese horizonte deseado, pero no tienen en cuenta algo, el gozar el mientras tanto, gozad la búsqueda, porque esa es la única manera de recorrer el camino, ese camino ascendente, el gozar el mientras tanto, si gozas el mientras tanto, todo sendero se te hará mas leve, esas rocas que te pueden dejar los pies sangrantes serán para ti un camino de flores, tomadlo de manera figurada si queréis, la meta es la búsqueda, gozad el mientras tanto.
 
 

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