Sesión del 20/10/07

Médium: Jorge Olguín

Entidad presentada: Ángel Karimel

Se definió como un ángel que encarna bastante para aprender para poder servir mejor. La mayoría de las veces los ángeles encarnan en femenino por su sensibilidad. También sufren roles de ego. Su 10% tiene un buen contacto con él, aunque tiene un exceso de sensibilidad del que pueden derivar consecuencias diversas. No es garantía el plano del 90% para tener buenos resultados en una encarnación. Relató una vida en Grecia donde luchó para salvar del fundamentalismo de unas religiosas a unos niños, pero como no consiguió nada se generó diversos engramas y roles principalmente de víctima, aunque ya está aprendiendo a no generárselos. Habló de los guías de los ángeles, los subplanos y tipos de ángeles, los objetivos de servicio.

 

Interlocutor: En esta hora de la mañana acá presentes, ¿se encuentra alguna entidad a través de este receptáculo? ¿Eres el Thetán de Cristina o alguna otra entidad?

 

Entidad: Soy su yo superior. Mi nombre es Karimel, estoy en el plano 6.2, soy una entidad angélica que ha sido creada en misión de brindar orientación a los seres encarnados a través de los tiempos.

 

Es tan gratificante ser guía angélico como desde nuestro plano estar en misión de orientar. Nosotros como entidades angélicas debatimos amorosamente que rol va a cumplir cada uno de nosotros. No se nombran por mayoría, por la gran cantidad de seres angélicos que hay en el universo suprafísico; simplemente se debate quién quiere ser guardián angélico del ser que encarne o directamente servir a otros indefinidamente.

 

En mi caso yo elegí encarnar en distintas oportunidades aprendiendo lo que es la vida física, absorbiendo sus vivencias, buscando compartir con otros seres encarnados dichas, alegrías, pesares, todo como aprendizaje, porque todo aprendizaje es válido para luego poder servir.

 

Pero nosotros como entidades angélicas también tenemos un guía angélico que puede ser -copiándome del lenguaje físico- un compañero nuestro.

 

No siempre cuando estamos encarnados como 10% prestamos atención a dicho ángel guardián o a un espíritu de luz guía, porque imbuidos en nuestro ego no prestamos atención a nada ni a nadie.

 

La mayoría de los seres angélicos encarnan en rol femenino porque somos sensibles y tratamos de potenciar esa sensibilidad, no estando algunos Maestros del plano 5º de acuerdo, pues ellos asumen como Maestros de Luz que la sensibilidad no abreva muchas veces del sentimiento, que es amor puro, sino de la emoción, que es rol egoico. Y lo reconozco.

 

No os dejéis guiar por aquellos escritos que dicen que los ángeles son perfectos. Tenemos más debilidades muchas veces que los propios Maestros de Luz del plano 5º porque si bien estamos en la misma vibración pero con distinto timbre tonal poseemos roles del ego muchas veces debido justamente a nuestra misma sensibilidad.

 

Mi parte encarnada como femenina es muy sensible, es absolutamente sensible pero tiene un don: Que se puede comunicar conmigo sin hacer ningún ejercicio. Se contacta asiduamente como se puede contactar con una persona del plano físico, lo único que tiene que hacer -y lo voy a expresar en palabras terrenales para que me entendáis- es como cuando tenéis una radio de onda corta y con la clavija se busca afinarla para captar bien la sintonía de onda. En este caso lo que tiene que hacer -porque tiene un buen decodificador- es mentalmente afinar su decodificador para que capte mis orientaciones; porque hasta me llega a visualizar, hasta me llega a pensar en sueños oníricos, y en sueños oníricos la llevo de la mano conceptual y recorremos lugares para que aprenda, para que siga creciendo, para que sea cada vez mejor persona, pero no mejor persona por el hecho de trascender egoicamente, sino para tender una mano a otros como yo tiendo manos conceptuales a otros desde mi plano 6º.

 

Lo más importante de todo y por la misma sensibilidad que a veces yo le transmito -no a propósito obviamente sino porque estamos conectados- es la ansiedad, la misma ansiedad que le transmite la sensibilidad. Si bien sensibilidad y ansiedad son cosas distintas, la misma sensibilidad transforma esa ansiedad en estados de nervios a veces imperceptibles que pueden hacer erosión en su parte física causando estados de alergia, problemas de esófago, problemas estomacales y hasta de laringe. Es todo emocional. Algo que el medico seguramente podrá detectar, o no. Pero no se revierte con un medicamento alopático.

 

Hay que saber calibrar -para que me entendáis- las emociones, la sensibilidad, porque a veces esa sensibilidad, cuando se excede puede llegar a obnubilar y si obnubila la persona deja de ser útil. Y nuestra misión -que es servir a los demás de la manera que creamos más conveniente con las fuerzas que tengamos-, deja de ser, deja de tener sentido, porque mi 10% puede llegar incluso hasta a enfermarse y así no puede atender a nadie.

 

Claro que cada ser encarnado tiene dudas sea de mi plano o sea del plano 2. En el plano físico sois todos iguales. Maestros, alumnos, son todos iguales. Con las mismas carencias y algunos con otras virtudes. No es garantía alguna -para nada- estar en un plano 6. No es garantía estar en un plano 5 porque la entidad encarnada no tiene ninguna memoria reencarnativa y puede caer en tentaciones, en roles de ego, arrastrar engramas como arrastro en mi caso, y puede caer y puede jalarme a mí hacia abajo a planos más densos como 10% encarnado. Porque la diferencia de las entidades angélicas a las entidades espirituales es que si hay algún acto hostil en alguna vida solamente desciende de nivel de vibración este 10% que cometió el acto hostil a diferencia del espíritu que desciende en su totalidad.

 

Recuerdo una vida pasada en Grecia, también encarné como femenina, trataba de ser feliz, trataba de ayudar pero era absolutamente sensible. Había un poblado en el Mediterráneo con niños muy, muy carenciados que estaban a resguardo de una entidad religiosa pero que era una entidad demasiado fundamentalista y si bien a los niños no les faltaba alimento, les faltaba amor, mucho amor. Los manejaban con rectitud creándoles complejos de culpa, hablándoles de castigos, tomándolos como perversos cuando los niños inocentemente exploraban su propio cuerpo, como hace todo niño. Esas perversas mujeres que estaban a cargo los condenaban y los niños sin saber de qué eran acusados creándoles engramas, haciéndoles culposos. Me enfrenté a las personas a cargo espetándoles en su rostro el desprecio que sentía por ellas por tener en su mente una religión mal entendida creyendo que el camino a Dios era mediante el sufrimiento, explicándoles -sembrando en campo yermo- que el verdadero camino no iba por ese lado.

 

Obvio que no fui escuchada. Obvio que no me entendieron mis palabras. Obvio que en todo el poblado se supo de mi rebelión y como en ese lugar todos o casi todos tenían una mentalidad de copia, como lo que los jerarcas decían era ley, en su palabra yo era la rara, la que hablaba del amor, la que hablaba de que Dios no perdona porque no condena. Yo era la extraña, la que fui expulsada del lugar, la que se sintió incompetente para ayudar a esos niños, la que quiso extender sus brazos pero no pudo, la que lloro lágrimas amargas, a la que se le implantó engramas de desprotección, de soledad, porque no le permitieron ayudar, porque la dejaron sola, porque la dejaron de lado y en esa encarnación caí en rol del ego porque me sentí víctima y dejé en esos momentos de pensar en los niños a los quería ayudar pensando en ese momento en mi dolor, de que me desterraron, de que quedé aislada y empecé con el "Pobre de mí". Era obvio de todas maneras que aún estando con la mente clara no hubiera podido hacer nada por esos niños desvalidos mentalmente porque no tenía las fuerzas para ello ni el poder. Pero el hecho de que me cogió un rol del ego haciendo de víctima, de alguna manera densificó mi 10%.

 

Me dejé estar. El rol de víctima muchas veces es tan pernicioso que la persona se autocastiga creyendo que ha sido además para aprender: "Mira lo que me pasa, esto que yo hago es para que tú sufras". El ego nos obnubila, nos ciega, no nos deja dar cuenta que al resto del poblado le interesaba nada mi persona ni lo que me pasara, si yo era una molestia. O sea que me dejé estar, me dejé desfallecer para nada. Y cuando desencarné tuve que aprender la lección amorosa de que así no es el servicio, de que no se puede ir de cabeza contra la roca porque la roca es más dura que nuestra cabeza física, de que no podemos luchar en una pequeña barcaza contra la tempestad porque vamos a zozobrar.

 

Y algunos ángeles me dijeron: "El servicio tiene que ser con inteligencia, el servicio tiene que ser con compasión, pero la compasión tiene que ser equilibrada porque si tú te desesperas con impulsos y sensibilidad, dejas de pensar en el otro para pensar en ti y no haces ningún servicio ni por los demás ni por tu propio ser encarnado.

 

Y aprendí la lección. Y hoy todavía volviendo a encarnar -obviamente hay muchas encarnaciones entre medio, entre Grecia y el presente- todavía sigo aprendiendo esa lección de que el servicio tiene que ser con inteligencia, con sabiduría, sin desesperarnos, no estar sensibles por cualquier cosa insignificante porque ya no sería sensibilidad; sería sensiblería, que es la sensibilidad que atrae y eso no le sirve al otro para nada. Y el que luego muestra esas supuestas culpas a nivel somático muchas veces es el cuerpo.

 

Le trasmito a mi 10% armonía. No quiero, no deseo que deje de ser sensible, ni yo como 90% quiero dejar de serlo. La sensibilidad es una virtud pero con equilibrio porque sino trae aprensión y luego sufre la parte física encarnada en función de desarmonías y las desarmonías áuricas se transforman luego en desarmonías somáticas a nivel de pruritos, alergias en faringe, problemas de esófago y problemas emocionales. Y no le servimos a nadie. Eso es lo que quería comentar querido hermano.

 

Interlocutor: Karimel, bueno, no es necesario hacer la mayoría de las consultas salvo dos, me gustaría saber tanto a mí como a tu 10% sobre tu guía. Cuál es el nombre de tu guía y en qué vibración se encuentra.

 

Entidad: Tengo mi guía espiritual, Duriel. Es un ser de color bermellón -como lo veríais vosotros en el plano físico- aunque los colores en realidad son vibraciones tonales, para que me entendáis. Está en el plano 5.5 y el otro compañero angélico es Ramarael, del plano 6.3. Si bien nosotros como entidades suprafísicas no amamos a nivel personal como vosotros en el plano físico, de alguna manera y salvando las distancias o tal vez por ese pequeño ego que tenemos los ángeles, le amo de manera personal como compañero de servicio y que tan útiles hemos sido en cientos, en miles de oportunidades.

 

Interlocutor: Querido Karimel, bueno, así los nombro a todos los 90% incluyendo los Maestros también que son 100% en planos de luz. Dice tu 10%: ¿Cómo podría ayudarte a ti como 90% para poder evolucionar juntos de la mejor forma posible?

 

Entidad: Yo diría -y haciendo una pequeña chanza- que mi 10% entiende que yo tengo su mismo carácter -por decirlo de alguna manera- que es al revés. Yo de alguna manera tengo que ayudar a mí 10% a que nos compenetremos, porque me capta, tiene que calibrar su decodificador. Mi 10% sabe, como fémina, que la tomo conceptualmente de la mano y la llevo a recorrer lugares como me expresé hace pequeñito tiempo atrás. Simplemente debe dejarse fluir, simplemente debe saber que yo estoy, soy yo quien debo transmitirle esas sintonías para que me capte con más precisión y no de manera borrosa porque muchas veces ha llegado a ver hasta mi trazo de consciencia energética. Es eso.

 

Interlocutor: Bueno, salvando un poco las distancias, que tu 10% haga buena letra en la medida de sus posibilidades, eso sería también un rédito y una ayuda para ti como 90%, ¿no es cierto?

 

Entidad: Totalmente. Así es.

 

Interlocutor: Aprovechando la oportunidad, ya para terminar porque a lo mejor quieres retirarte querido Karimel, tengo una duda, no la dije ayer porque sería agobiante para el receptáculo. Sabemos que existe un plano 6. ¿Cierto? Sabemos que hay subniveles. ¿Los subniveles en concordancia con qué categorías angelicales? Me explico: ángel, arcángel, querubín, serafín, potencialidades, tronos, etcétera, etcétera.

 

Entidad: Los ángeles no tenemos categorías. Somos entidades que fluimos. Porque aparte, la misma palabra como la entendéis vosotros "categorías", representaría "escalafones" y eso, sin ningún desprecio, por favor, lo dejo para la parte física. Aquí somos todos iguales. Fluimos en una vibración superior cuanto más útiles somos. Los seis planos de esta vibración ni siquiera son por mayor o menor servicio, es por mayor discernimiento de poder orientar a otras entidades angélicas que han errado el camino cometiendo actos hostiles. Seguramente un ángel de un plano 6.7 puede orientar de una manera más atinada que un 6.2 o tal vez no; porque nosotros directamente en el plano suprafísico al no estar pendientes o esclavos del lenguaje nos es mucho más fácil expresar el concepto. El concepto tanto de los espíritus como de nosotros, las entidades angélicas, lo explicamos de una manera inconfundible. Es como si a ti, yo encarnada como fémina, sin hablarte te señalo una manzana roja. Tú no precisas que yo te diga que es una manzana; la visualizas, la captas en décimas de segundo. Nosotros en décimas de segundo podemos transmitir un concepto orientativo a quien lo precisa y ese otro ángel lo capta en décimas de segundo. Que luego en su interior procese todo ello, debido a engramas, debido a roles del ego, seguramente le llevará su tiempo. Pero por eso digo que lo de las categorías son necesidades del plano físico para visualizar a los ángeles de distinta manera. No existen entidades angélicas con espadas, porque la espada es una herramienta -porque no me gusta la palabra "arma"- física. Nosotros no guerreamos, no existen ángeles guerreros; todos los ángeles somos orientativos, todos los ángeles somos conciliadores, misericordiosos y no se nos puede visualizar desde los planos inferiores. El único que puede visualizar a una entidad angélica es un Maestro del plano 5º. Entonces aquellas fantasías vuestras, donde un demonio combate con un ángel, son ficción porque no nos captan.

 

Interlocutor: Entiendo, querido Karimel. Pero entonces ¿por qué ángel, arcángel, querubín, serafín, potencialidades, tronos? ¿Es por un asunto que se dio a través del tiempo o los mismos ángeles que han transmitido por diferentes médiums aquellos conceptos con esos nombres para que los diferenciaran? ¿Por qué esos nombres? ¿Por qué esas categorías? ¿Cuál es la diferencia entre un ángel y un trono o una potencialidad?

 

Entidad: No hay ninguna diferencia. Es todo debilidad del ser humano encarnado que le da una virtud a un trono, que le da una virtud a un arcángel, que le da una virtud a un serafín.

 

Interlocutor: O sea, estamos hablando de la necesidad de creer en algo, ¿o no?

 

Entidad: Y la necesidad de diferenciar y la necesidad de dar nombres porque nosotros en realidad no tenemos nombres como tampoco tiene nombre una entidad espiritual; el nombre es para vosotros. Nosotros nos reconocemos en vibración así como los insectos se tocan con sus antenitas, así como algunos mamíferos se reconocen por el olfato. Nos reconocemos por nuestra tonalidad. El nombre es para vosotros.

 

Todos somos virtuosos en mayor o menor medida que nuestro ego nos permita. El resto es para vosotros. No existe espada; ni siquiera espada mental en nuestro mundo. No guerreamos, no echamos a nadie del supuesto cielo porque no existe el cielo. Existe la vibración suprafísica. No somos quién para echar a alguien. Es como en el mundo  espiritual; por su propia gravitación densa, egoica, la entidad baja de vibración. Nadie echa ni nadie puede hacer subir. No hay encargado de una puerta que te abran. Eso es algo mítico por la necesidad del ser humano de creer en algo. No existe tampoco un paraíso excepto un plano de luz donde se goza por ayudar al otro. Pero tenemos tanta necesidad en el plano físico de recibir recompensas que lo que luego se dan cuenta es que la recompensa la tienen frente a sus ojos: el amar al otro. Pero el mismo ego busca otro tipo de recompensa: el premio. El premio es abrazarse con el otro, es saber que uno ama y es amado, pero no amado por necesidad egoica; ser valorado.

 

Gracias. Hasta todo momento.

 

Interlocutor: Hasta todo momento Karimel y te damos gracias a tí.