Médium: Jorge Olguín.
Entidad que se presentó a dialogar: Maestro Orione.
Explicó que se dedica a la investigación como su 10%. Explicó alguna
característica de la atmósfera en la antigüedad. Habló de la evolución
de las especies y los cambios de raza, centrándose en los homínidos.
Explicó que para esos cambios de raza la caída de aerolitos con formas
primarias de vida es decisivo. Expuso el contraste entre nuestra
capacidad de hacer el bien y el mal. Habló de la incidencia del aura
en el ser, también de nuestra inconsciencia de la fragilidad del mundo
y la necesidad de actuar. Evolucionar implica ser más responsables.
Maestro Orione: Estoy con un gozo tremendo de encontrarme en este
receptáculo que traduce mi concepto a lenguaje hablado. Mi nombre es
Orione. Estoy en el plano 5º subnivel 5, y así como mi 10% encarnado
femenino investiga, humildemente desde mi plano también investigo
porque como dice mi hermano de Luz Johnakan Ur-El: -No hay misterios,
sólo falta de información.
Nosotros también -como Maestros de Luz- tenemos capacidad de asombro,
de ver cómo otros Maestros evalúan, debaten conceptualmente y sacan
hermosas conclusiones sobre determinados temas como lo han hecho hasta
hace poquito tiempo atrás los hermanos Morgan-El y Johnakan que han
investigado temas absolutamente interesantes.
Quiero tocar brevemente el tema de este planeta, Sol III, donde está mi
10% encarnado como femenino. Este mundo ha tenido distintas atmósferas
en distintos niveles, en distintas proporciones. Científicos que
todavía hoy están estudiando la atmósfera de hace 3.500 millones de
años sacando conclusiones erradas, llegando a conclusiones de que era
un mundo absolutamente frío siendo que era todo lo contrario.
Hace miles de millones de años el dióxido de carbono predominaba sobre
el oxígeno. La vida actual no hubiera podido subsistir -en aquel
lejano mundo en el tiempo- en ese nuevo, hace poco gestado, Sol III.
Dejando de lado el denominado por vosotros Pangea que luego se fue
fraccionando en distintos continentes, vayamos más al presente, de
cómo se fueron gestando los distintos homínidos, porque muchos hablan
de un homo antecesor del cual han surgido distintas razas. Y eso es
algo debatible porque sé positivamente -y no por este mundo, sino por
otros mundos donde estuve encarnado como masculino, estudiando
justamente lo que en vuestro mundo llamáis genética- que una raza no
sale de otra raza. Puede haber pequeños cambios, pequeñas mutaciones
pero -y hablemos de los mamíferos- para que cierto mamífero cambie de
línea se precisa algo más.
Mi parte encarnada estará de acuerdo conmigo -cuando yo le comente, le
asegure y le ratifique- en que tanto este mundo como otros mundos han
sido infectados por distintos meteoritos desde el comienzo de este
universo; mejor dicho, desde el comienzo de este sistema solar.
Estamos en una estrella de tercera generación.
Muchos de
esos meteoritos que venían desde la inmensidad traían vida en forma
muy primaria. Esa vida fue la causante de esos cambios.
Actualmente, tanto este receptáculo como mi 10%, científicamente se
denominan Homo sapiens. El Homo sapiens convivió durante miles de años
con el Homo neanderthalensis. Compartían ADN, compartían cultura y
como ya afirmaron Morgan-El y Johnakan en alguna sesión, no es cierto
que el Homo sapiens acabó con el Neanderthal; el Neanderthal era más
antiguo que el Homo sapiens y en su segundo código genético -los
científicos en algún momento dado lo encontrarán- en el ácido
ribonucleico (ARN) ya tenía marcado la duración de la especie. La raza
se fue diezmando por sí sola hasta desaparecer y quedó como único
mamífero con pensamiento complejo el Homo sapiens.
Pero el Homo sapiens, al igual que el Neanderthal, anteriormente el
Australopithecus u otros, no tienen un antecesor en común; simplemente
esa forma primaria de vida que ha venido de otros mundos ha creado un
nuevo ADN para que surjan nuevas razas. Razas -como mi 10% encarnado,
como este receptáculo- que también tienen un segundo código genético y
que también tienen una duración como raza.
Esto no significa que el Homo sapiens esté condenado, pues ha avanzado
mucho en genética y quizá, tal vez, llegue a encontrar el secreto como
para modificar ese código y pueda seguir existiendo como raza si no se
extermina antes por métodos bélicos.
El propio Johnakan, con quien muchas veces conceptúo, me ha comentado
que Eón en más de una sesión dijo que parecemos "un gigantesco jardín
de infantes" con tantas contradicciones; con seres tan elevados
capaces de crear elementos para revertir las mayores enfermedades que
comparten ADN -no encontrando ninguna diferencia- con otro ser que
fabrica armas de destrucción masiva, que directamente no tiene ninguna
emoción al ver miseria, destrucción, hambre, desolación, donde nada lo
conmueve. Sin embargo, si el genetista analizara a los dos, no
encontraría ninguna diferencia entre ellos, porque el genetista
desconoce el espíritu. El espíritu también tiene incidencia en los
genes, en lo que yo llamaría el "ADN energético"; porque todo ser
encarnado tiene un aura. El aura es afectada por las emociones propias
y ajenas, aunque más por las ajenas. Y ese ADN energético puede
incidir, para bien o para mal, en el ADN físico, modificando el ánimo,
el carácter, la personalidad del ser encarnado.
El Homo sapiens no ha llegado todavía a su cúspide pero a su vez, y
esto lo digo con todo mi amor impersonal, lo noto inconsciente. No
está tomando conciencia de que está habitando un mundo absolutamente
limitado. Y no se da cuenta de que está en ese mundo. Si el mundo
colapsa, colapsa todo lo que hay sobre él. Daría la impresión -y lo
digo con todo amor- que cada ser humano vive hipnotizado, dormido.
Hace tareas, tiene divertimentos, disfruta, se da con otros seres,
parecería que estuviese despierto, pero no está despierto, porque no
toma conciencia del riesgo. Y muchos dirán: ¿Qué podemos hacer diez
contra miles de millones que no toman conciencia? Formar una
cadena de información alertando. Pero no alertando desde el dramatismo
como hacen algunas supuestas escuelas iniciáticas que hablan de
tremendos cataclismos en tal o cual fecha que luego no se cumplen. Eso
hace más mal que bien, porque así crean una fábrica de escépticos.
He encarnado en mundos que han colapsado. Entonces, sé de lo que hablo.
Y no me especializo en un sólo ítem de investigación. Simplemente
quería dar el mensaje de que somos una raza relativamente nueva -y
digo somos, porque mi 10% está encarnada como Homo sapiens- que
todavía no ha tomado conciencia del gran potencial, pero a su vez del
gran riesgo que corre la raza en un mundo tan frágil.
Somos muy vulnerables estando encarnados; muy vulnerables. La mayoría
no tenéis la más mínima idea de que subiendo o bajando un par de
grados la temperatura el mundo colapsa. O, si se alterara apenas un
poco la presión atmosférica la raza también colapsaría. Este aire que
respiráis es una capa tan delgada, tan delgada, que os daría pánico si
Sol II tuviera un diámetro de un metro y pudierais ver en perspectiva
la delgadez de la capa atmosférica. Y así y todo, la contamináis.
Las razas anteriores tenían excusa porque no tenían el pensamiento
abstracto. De los Neanderthalensis no puedo decir nada porque apenas
estaban empezando a pensar y tenían la inteligencia como para poder
hacer dibujos, para tener pequeñas herramientas. Eso no es un logro
únicamente del Homo sapiens. Pero el Homo sapiens ha evolucionado de
tal manera que su precio -por llamarle de alguna manera a la
evolución- es la responsabilidad. No se puede evolucionar sin
responsabilidad; porque van de la mano.
Y así como dije hace minutos, a través de este receptáculo, que formas
de vida muy primarias y muy pequeñas vienen incorporadas en rocas que
caen del espacio -por así llamarlo- para crear nuevo ADN, no estamos
exentos -y digo estamos porque formo parte de esta encarnación- de que
caigan otras rocas con otros microorganismos que puedan causar una
pandemia.
No pongáis vuestras mentes en depredar, sino en crear e investigar para
bien, porque le tengo que dar la razón al Padre: somos un inmenso
jardín de infantes que no sabemos lo que estamos haciendo. Por lo
menos, la gran mayoría no lo sabe.
Gracias por escucharme. Orione. Plano 5.5.
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